La Guerra en Ucrania
Estados Unidos y la Unión Europea, se unen para enarbolar la bandera de la libertad y la democracia en Ucrania, cuando son los principales promotores de una guerra que nunca debió haberse iniciado de no ser por la obstinación de Estados Unidos de acorralar a su histórico enemigo hasta su exterminio.
Hagamos historia. Finalizada la guerra fría, los grandes líderes del mundo occidental, Bush, Thatcher, Mitterrand y Kohl, prometieron en 1991 al presidente Mijaíl Gorbachov, que la OTAN jamás se extendería hacia el este y que respetaría la soberanía de las naciones que en ese momento se estaban escindiendo de la URSS. Sin embargo, la OTAN faltó a su compromiso e incorporó a los países bálticos Letonia, Estonia y Lituania, repúblicas que habían sido parte de la Unión Soviética, y pretende agregar a Georgia y a Ucrania, para completar un cerco total sobre Rusia.
Los Estados Unidos y la Unión Europea, conocen perfectamente la importancia histórica y estratégica que Ucrania representa para Rusia. Tenían pleno conocimiento que una intervención occidental en este territorio sería considerada por Rusia, con sobrada razón, como un ataque directo a su soberanía, y la respuesta sería inmediata. Putín lo dijo, no una, sino varias veces a través de diferentes medios de comunicación. En todos ellos destacó la agresión norteamericana contra Rusia. En todos ellos advirtió repetidamente que no toleraría la incorporación de Ucrania a la OTAN, ni iba a permitir bases militares occidentales en sus fronteras. No obstante, la OTAN ignoró las razonables preocupaciones de seguridad de Rusia en torno a Ucrania y continuó creando un cerco militar con sus misiles en dirección a Moscú.
Los medios de comunicación rusos han sido silenciados y estamos a merced de las cadenas informativas de los americanos que nos dicen que debemos de creer solo lo que ellos nos dicen, y si su información es tan objetiva como cuando cubrieron la invasión a Irak, por las famosas armas biológicas de destrucción masiva, mucho me temo que su credibilidad dejará serias dudas. Las radicales, ilegales y enérgicas sanciones contra Rusia, están dirigidas contra un país que nunca ha sido lacayo de nadie, y han reiterado la irresponsabilidad y la doble moral de Washington. Pero más allá de todo esto, sorprende la vergonzosa subordinación de la Unión Europea, defensores a ultranza de los derechos humanos, cuando fueron sus líderes quienes aceptaron el pacto al finalizar la guerra fría.
Ahora están enviando armas a la población de Ucrania, para apoyarlos en una guerra que difícilmente van a ganar y que convertirá a ese país en una nueva Afganistán.
Si Estados Unidos y la OTAN, hubieran hecho honor al compromiso adquirido, hoy el mundo no estuviera consternado ante una guerra que pone en vilo la paz mundial y que nunca debió darse, pues, solo hubiera bastado que la OTAN hubiera desistido de incorporar a Ucrania.
Esquirla: ¿Cuál fuera la reacción de Estados Unidos, si Rusia decidiera instalar una base de misiles en Cuba, a 600 km de Miami?